Cinco oportunidades que puede aprovechar el país para acelerar el motor de la economía
La economía colombiana se encuentra en
una fase de recuperación moderada, pese a los vientos de recesión que golpearon
fuertemente al país a principios de año, especialmente por la desaceleración y
la falta de inversión. Si bien el desempleo se mantiene con una tendencia
alcista (11,3 % en marzo, según el DANE) y la inflación sigue disminuyendo (7,16
% en abril), ambos indicadores evidencian un ambiente que, aunque sigue siendo
desafiante, también promete oportunidades para alcanzar un desarrollo más
sostenible e inclusivo, sobre todo en materia de investigación, innovación y comercio
internacional.
Sector
agropecuario: Pese
a los efectos de la sequía causada por fenómeno del niño, el sector agrícola presenta
oportunidades para crecer, sobre todo en cultivos
de arroz, café, y banano. “Sumado a lo anterior, se planea invertir en agricultura familiar y de pequeña escala,
lo que dado el impacto
en cuantía de predios inferiores a tres hectáreas que tiene el país, esto fortalecería la producción local y la seguridad alimentaria”, explica Paramo, quien agrega que también es clave
incentivar el acceso al crédito de los agricultores con el fin de que puedan
seguir invirtiendo en insumos, tecnología y diversificación, aumentando su
productividad, pero sin dejar de lado practicas sostenibles.
Innovación
y desarrollo tecnológico: Colombia en los
últimos años ha tenido un excelente nivel de crecimiento en materia de transformación
digital a nivel empresarial, generando a las unidades de negocio un aumento en
su eficiencia y productividad. Sobresale, por ejemplo, la adopción de la Tecnología de la Información (TIC), la biotecnología y la
economía digital, que están abriendo nuevos mercados y mejorando a su vez la
experiencia de los clientes. “En este sentido es importante resaltar el despliegue
de la tecnología 5G en el país que,
si bien arrancó en febrero de este año, es espera que se continue expendiendo
en todo el territorio nacional durante el 2024, causando un gran salto en la conectividad del país”, añade.
Canasta
exportable: El país posee una ventaja comparativa natural innegable en
la producción de frutas exóticas, gracias a su diversidad geográfica y climas favorables, lo que genera una
mayor exportación de estos alimentos con el fin de responder a su gran demanda
en países como Alemania, Bélgica y Francia,
entre otros. También vale la pena mencionar, como Colombia recientemente ha
firmado varios acuerdos comerciales
con diferentes naciones y bloques económicos, lo que le abre oportunidades para expandir sus exportaciones y atraer
inversiones. “Para seguir creciendo en esta
materia, es fundamental profundizar en la integración regional, concretamente
con socios como los Estados Unidos, la Unión
Europea y países vecinos”, asegura Páramo.
Desarrollo de infraestructura en
transporte, energía y telecomunicaciones: Acá sin duda se deben concentrar los
principales esfuerzos del Gobierno Nacional con el fin de aumentar la competitividad y la conectividad de Colombia. “Invertir en
este tipo de proyectos, no solo repercutirá en más empleos a corto plazo, sino
también facilitará el comercio y el movimiento
de bienes y personas a largo plazo, esto de la mano de la planificación estratégica y de la diversificación de inversiones, que
pueden resultar clave para enfrentar la ralentización económica y explorar nuevos
mercados”, concluye el docente de Areandina.
Según Páramo, varios sectores e
industrias podrían aprovechar mejor estas oportunidades económicas que están
emergiendo a raíz de la coyuntura que vive el país; sin embargo, cuatro se llevan
la delantera.
Primero, el ecoturismo, etnoturismo y
turismo de naturaleza: Colombia
se alza como un destino excepcional
gracias a su inmenso capital natural, que abarca una diversidad de ecosistemas sin parangón. Si estos
recursos se gestionan responsablemente, pueden
convertirse en un pilar para el beneficio económico de muchas regiones.
Segundo, la agricultura y la agroindustria: Siguen siendo un pilar fundamental
de la economía colombiana, ya que,
con la creciente demanda global de alimentos y productos orgánicos, el país puede aprovechar su diversidad climática y
geográfica para expandir la producción y exportación de productos agrícolas
de alto valor.
Tercero,
las energías renovables: Invertir
en proyectos de energía solar, eólica u otras fuentes
renovables podría ser una opción atractiva. No obstante, antes hay que resolver un dilema: la transición en este campo no se puede dar de la noche a la mañana,
pero actualmente se está
perdiendo soberanía energética al crear dependencia con Venezuela en este
segmento.
Cuarto,
las industrias creativas y
culturales (Economía Naranja): El
desarrollo de esta industria, que abarca el cine, la música, la artesanía, el diseño y la moda, podría
generar nuevas fuentes de ingresos y empleo, además fortalecería la identidad
cultural del país y el turismo.
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